sábado, 21 de noviembre de 2009

Las estatuas
Cuando llueve me dan no se que
las estatuas.
Nunca pueden salir en pareja
con paraguas,
y se quedan como en penitencia
solitarias.

Señalando la fatalidad
en las plazas,
miran serias pasar cochecitos
y mucamas.
No se ríen porque no tuvieron
nunca infancia.

Marionetas
grandes, quietas,
con ellas no juega nadie.
Pero si una sombra mala
para siempre las borrase,
que dolor caería
sobre buenos aires.

Cuando llueve y me voy a dormir
las estatuas
velan pálidas hasta que llegue
la mañana,
y del sueño de los pajaritos
son guardianas.

Su memoria procuran decir
sin palabras
y nos piden la poca limosna
de mirarlas
cuando quieren contarnos un cuento
de la patria.

Marionetas grandes,
quietas
con ellas no juega nadie
pero si una sombra mala
para siempre las borrase
que dolor caería
sobre buenos aires.

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